Entorno favorable para los negocios y la inversión, un sistema transparente sin apenas corrupción, precios estables, tipos de interés bajos, infraestructura moderna y altos niveles de educación. De hecho, Singapur es el cuarto centro financiero del mundo. En boca del Banco Mundial "el país más fácil para hacer negocios".
Sistema político
A pesar de ser uno de los países más económicamente libres hablando, Singapur es básicamente una dictadura. En el país solo opera un partido político y mantiene una férrea política. Asímismo, es considerado por muchos el paradigma del libre mercado, siendo la fuerte protección de los derechos de propiedad, la seguridad jurídica, el efectivo cumplimiento de las leyes contra la corrupción, entre otros, los fundamentos que han llevado al país asiático a liderar todos los ranking.
El país más fácil para hacer negocios
Pese a todo lo dicho anteriormente, el plato fuerte que ha hecho que Singapur en apenas cincuenta años se haya convertido en líder en prosperidad económica y libre mercado son las facilidades para crear una empresa. Establecer una empresa lleva solo tres días y los procedimientos son extremadamente ágiles, lo que ha atraído durante estos años la localización de filiales de grandes multinacionales en su territorio. El número total de procedimientos para incribir una sociedad se limita a tres. No existe un salario mínimo establecido por ley, aunque los ajustes salariales se guían por el Consejo Nacional de Salarios. Según el índice que Doing Bussines, Singapur es el primer país en cuanto a las facilidades para hacer y desarrollar empresas.
Impuestos
El impuesto sobre la renta es de los más bajos del mundo. Se trata de un tributo progresivo que oscila entre el 0% (para rentas de hasta 20.000 $) y el 20% (para más de 320.000$). Además, no hay imposición sobre las ganancias del capital o sobre las herencias. Los objetivos de la tributación son diferentes para residentes y no residentes.
En cuanto al Impuesto de Sociedades, el tipo normal es del 18%, pero es posible adherirse a grandes exenciones que van desde el 50% al 100% en empresas nuevas, ya que es primordial para el gobierno de Singapur fomentar al máximo el emprendimiento y resultar atractivos al exterior. En cuanto a la imposición indirecta, el tipo general de los impuestos apenas es del 7%. En total, la presión fiscal se aproxima a tan sólo el 14% del PIB.
Sin embargo a Singapur le falta aún por avanzar; ha progresado mucho en lo referente a lo económico, pero aún sigue a la carrera en cuanto a libertades cívicas se refiere.
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